Magdalena Pueblo Mágico
Texto y fotos: Migde Pino
En búsqueda de un buen porvenir muchos parten del hogar y se llevan consigo la añoranza. Y aflora inevitablemente el deseo de regresar al lugar donde fueron felices. Un motivo para volver al pueblo, son las fiestas patronales.
En Magdalena de Kino, Sonora, la santa patrona es Santa María Magdalena, y se festeja el día 22 de julio. Alrededor de la plaza monumental se realiza una kermés con vendimia de antojitos mexicanos, y los recursos que se obtienen son para ayuda de la parroquia. Cada centro de catecismo presenta a una candidata para ser la reina de las fiestas de Santa María Magdalena y en la explanada se ofertan eventos culturales.
Los festejos se iniciaron en el año 2011 con la llegada del padre Abraham Hernández quien vio que a la santa patrona no se le celebraba, ya que las fiestas principales de Magdalena son las fiestas en honor a San Francisco Xavier, que se celebra el 4 de octubre, aunque para el onomástico de la Iglesia Católica es el día de San Francisco de Asís.
El templo se llamaba Santa María Magdalena de Buquibaba (Camino de la casa al agua, en lengua ópata) y fue construido por el padre Luis María Pinelli, de acuerdo a los documentos escritos por este mismo sacerdote cuando fue destinado a la misión de San Ignacio de Caborica por ahí de 1691, teniendo como visitas a Magdalena y al Tupo, lo que nos indica que para entonces ya había estado el misionero en el lugar, aunque no registró la fecha precisa de su estancia allí.
La primera capilla en honor a San Francisco Xavier la construyó el padre Agustín de Campos, y el mismo día que fue bendecida, el padre Eusebio Francisco Kino ofició misa y al término de ésta se sintió mal y falleció, el 15 de marzo de 1711. En recuerdo al amor inmenso y gratitud al santo que lo salvó de una enfermedad mortal en su juventud, decidieron sepultarlo en la capilla auxiliar que se había construido para la veneración de San Francisco Xavier. Años después, el 16 de noviembre de 1776, los apaches asaltaron el poblado y quemaron el templo.
Con la muerte del padre comenzaron las peregrinaciones a Magdalena de los grupos nativos como los Pimas y Tohono O’Odham ya que por inducción habían adoptado la veneración a San Francisco Xavier.
Actualmente Magdalena de Kino es considerado el santuario religioso más importante del Noroeste donde la afluencia diaria puede llegar hasta mil 500 personas en días normales.
Los magdalenenses en su cotidianeidad visitan al santo en su capilla, se persignan y continúan su camino hacia las labores diarias para que les vaya bien en su día. Otros se pueden ver en los reclinatorios rezando el rosario.
Le pregunté a Loly, mi doctora de cabecera, sobre su devoción a San Francisco y de su comisión.
Con mirada fraternal sonrió y me preguntó ¿Cómo sabes de mi comisión? Me fue inevitable sonreír antes de decirle que vivimos en pueblo y que todo se sabe.
“Así es, soy quien se encarga de arreglar a San Francisco”.
El padre Abraham Hernández, párroco de Santa María Magdalena necesitaba a una persona que fuera devota y respetuosa para tan importante labor.
El asombro no se hizo esperar, sintió una alegría enorme y al mismo tiempo temor por ese gran compromiso. No podía creer que ella sería quien mantuviera en buen estado al santo.
“El bulto”, así se le dice a las imágenes de gran tamaño, pesa mucho por el material con el que son elaborados y no podría sola. Así es que invitó a Tichita (QEPD) a que le ayudara. Tichita era catequista muy querida de la comunidad, además de ser su cuñada. Ambas compartían el mismo afecto y fervor al santo.
Atender frente a la parroquia, en “Los portales”, un lugar para venta de rosarios, santos, imágenes, milagros y los listones que buscan los peregrinos para colgarles al santo su agradecimiento, le ayudó a conocer más la tradición.
Antes de la pandemia por el Covid-19, Loly y Tichita realizaban la limpieza cada dos días. Al cerrar las puertas de la capilla, por la noche, en un ambiente de tranquilidad y luz cálida la encomienda del párroco se tornaba mágica y significativa para ellas.
Muchos de los devotos que visitan al santo, platican con él, mientras lo bañan con franelas, también le platican cariñosamente. A un costado colocan las prendas que cuidadosamente plancharon para vestir al santo.
El hábito de color café es el de diario; para grandes festejos tiene trajes especiales al cual custodian con mucho amor.
En ocasiones encuentran al santo en pésimas condiciones. Algunos peregrinos con el afán de tener más efectividad en sus peticiones le cortan los dedos, raspan la pintura e incluso hasta la mano completa le han mutilado, por lo que la figura debe ir a restauración. Por esta razón deben colocar a otra imagen en su lugar, tal vez de mayor peso, pero muy similar. Para que quienes lo visitan no encuentren el espacio vacío.
La oralidad del pueblo es la que se encargó de que la tradición se acrecentara. Le atribuyen muchos milagros y al mismo tiempo dicen que san Francisco es muy “cobrón”, aunque la teología católica dice que no puede haber venganza de alguien que consideramos como santo.
Magdalena está situada en los márgenes del río Magdalena a 87 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, colinda al Norte con los municipios de Nogales e Ímuris; al sur con Santa Ana; al este con Cucurpe y al oeste con Tubutama.
La cercanía con Estados Unidos facilita a los migrantes regresar anualmente, o de manera constante, al pueblo. La voluntad de un migrante de seguir comprometido con su comunidad y su familia se vive en esta fiesta donde el turismo cultural y religioso se unen dando como resultado: esperanza y festejo, oportunidad ideal para dejarse ver, lucir la troca, las botas y el sombrero.
No solo las fiestas nos hacen merecedores al título de Pueblo Mágico que se otorgó en 2012 —que por cierto nos dicen pueblo mágico atípico por sus construcciones en forma rectangular y encaladas—, sino también sus calles, sus colores y olores, su historia, la historia de cada uno de sus 33 mil habitantes, hasta la indefinición de El Tupo enriquece a Magdalena de Kino, cada ladrillo y símbolo en el Ayuntamiento y los episodios vergonzantes como la campaña contra los chinos, cosas que han moldeado la identidad de este pueblo por cuatro siglos.
Las calles principales, como la Obregón y 5 de Mayo, van paralelas de sur a norte y cada edificio o casona antigua resguardan historia. En el andar diario por la calle Obregón, comúnmente caminas por el Centro Histórico. La plaza Juárez con su kiosco, los comercios alrededor que en el siglo pasado algunos fueron propiedad de chinos a los que fueron expulsados por el movimiento antichino que se originó en Magdalena.
En el recorrido se llega a la esquina del sabor, así le llaman porque hay una carreta de hotdogs del señor Tranquilino que tiene más de 40 años vendiéndolos, así como fritos preparados estilo Magdalena. Mientras prepara el hotdog con pan barrita, la salchicha con tocino, tomate y cebolla, el cocinero va contando alguna historia o leyenda. El chillido de los chiles güeritos al tatemarse, acompañan el trinar de los pajaritos que esperan celosamente que los comensales le arrojen alguna migaja de pan. La espera del anhelado “dogo” se aminora. A Tranquilino se le ve salir de su casa a media cuadra de donde se instala a diario por la calle Allende. Empuja con todo el peso de su cuerpo la carreta hacia la esquina de la calle Álvaro Obregón y desde muy temprano llueva o truene él se instala en la esquina más importante del pueblo… Mientras te comes el primer hotdog, porque de seguro pides dos, te ofrece el refresco al que le llamamos soda en Sonora, que por cierto se disfruta más cuando uno decide empinarse esas botellas de vidrio toda escarchada para después darle una mordida al hotdog.
Me han dicho “pregúntale algo a Tranquilino y verás todo lo que sabe”, y en efecto, la primera vez que le hice unas preguntas pensé que no me sería fácil pero cuando él comienza a relatar todo lo que han visto sus ojos, te contagia la emoción que tal vez él sintió al presenciar muchos actos de relevancia política y social.
Te da tanta confianza que al momento de pagarle te dice que tú mismo agarres el cambio que tiene a la vista de todos.
Frente al edifico más importante y emblemático del pueblo es inevitable levantar la vista e imaginar. Y como dice el dicho “panza llena, corazón contento” a seguir la caminata que de seguro conduce al Palacio Municipal que está justo frente a el puesto más famoso de Magdalena, ese Palacio hermoso que mandó construir el presidente Venustiano Carranza.
Ahí, por fuera de Palacio una madre de familia sin querer choca con mi hombro, pasa presurosamente tomando de su mano a su pequeño que carga una mochila y continúa su andar. El pequeño uniformado señala hacia el Palacio Municipal y le pregunta a su madre que si es un castillo. La madre le sonríe y le explica lo que es y de pronto como si recordara la hora y sus pendientes, apresura el paso.
La explanada es el lugar donde muchos se saludan, descansan en las bancas, algunos toman fotos y posteriormente se conducen a realizar sus respectivos trámites.
El lugar es muy agradable, siempre fresco así es que te provoca detenerte y observar tan majestuosa construcción.
El Palacio Municipal de Magdalena fue mandado construir por Venustiano Carranza en 1917, se inició su construcción en diciembre de 1919 y se terminó en 1922, durante la gestión de Genaro Maldonado y Luis G. Peterson como maestro de obras.
Los arquitectos participantes fueron invitados por Ramón Corral y el gobernador Adolfo de la Huerta, que diseñaron y construyeron el edificio. Fue proyectado por el Ing. Luis Arturo Romo González y construido por José María Cañedo (judío sefardita).
Una atracción inexplicable se siente al observar los detalles de la construcción. Por sus pasillos han transitado grandes personajes de la historia. Según el cronista Andrés Corella, relataba que fue diseñado con elementos esotéricos para la buena convivencia y atracción de buenas vibras.
Tiene una mezcla de varios estilos arquitectónicos compuestos (judío y colonial mexicano con tendencia al barroco) pero que cuenta con sello muy marcado sefardí.
El patio interior y su jardín son estilo mexicano. El centro del patio, es el centro de un campo de fuerza gravitacional esotérico construido a nivel matemático, porque las hornacinas que están en la parte superior y diferentes lados del palacio, miden la misma distancia desde su ubicación, hasta el centro del patio interior. Las hornacinas son del estilo “punta de turrón”, y albergaban gárgolas, que son elementos de protección y así se pueden observar en las diferentes catedrales del mundo.
Los cimientos que están hacia abajo y no se ven, son un reflejo de la construcción que sí se ve, o sea que tiene dos pisos de sótano hacia abajo.
El Palacio está construido en tres secciones y en dos plantas. Las tres secciones conforman una “U” y representan la Santísima Trinidad. Las dos plantas representan el cielo y la tierra.
La herrería fue traída de Guanajuato. La teja original no era de barro, como la mayoría de la región, sino de lámina, y traídas de Italia. Cuenta al frente con 3 portales estilo Mariana (llamadas así en honor al presidente potosino Mariano Arista).
La mampostería no fue hecha abajo y luego subida, sino que fue tallada directamente en el lugar donde se encuentran. El encargado de construir las molduras fue Bartolo Estrella. Dentro de ellas se pueden observar 4 estrellas de David. Sobre las puertas marianas se encuentra el símbolo de la sabiduría de la etnia de los Tohono O’Odham (pápagos), que son los lobos alados, que enmarcan el escudo del águila de la época Republicana. Sobre las ventanas están unas figuras invertidas que son la silueta de un minarete judío.
La escalinata tiene un tramo inicial y luego de una plataforma se dividen en dos. Unos hacia la derecha y otros hacia la izquierda, bajo un cielo o techo en forma de bóveda. En la cultura sefardí simboliza que en la vida tienes un camino, y que, en un momento dado, tienes derecho de elegir hacia donde te quieres ir.
El edificio, después de su inauguración, fue academia militar y escuela para niños. Posteriormente fue palacio federal y luego oficinas del Ayuntamiento Municipal.
Los murales pintados sobre las paredes de la escalinata, fueron hechos por Miguel Grijalva, representan la historia local basado en el libro de “Los favores Celestiales” escrito por Eusebio Francisco Kino, que se complementa con algunos vitrales.
En la parte superior del edificio el profesor Juan Manuel Soto Leyva “El Chapote” retrató la vida nacional mexicana y la historia regional de Sonora donde agregó elementos poco perceptibles contemporáneos, rostros de personajes magdalenenses entre los episodios de la Independencia y Revolución Mexicana.
Como que sales del edifico con energías, platica una señora que visitó el Salón de los Presidentes y bajó por el nuevo elevador.
La calle Álvaro Obregón no solo alberga el Palacio, continúa la ruta de la historia de Magdalena. No se puede dejar de mencionar que en esta misma calle tan tranquila los ruidos de los motores rugieron en la película hollywoodense Fast and Furious (Rápido y Furioso 4) filmada en marzo de 2008, el elenco encabezado por Vin Diesel y Paul Walter se reunía en la plaza monumental para filmar y después convivir con el pueblo.
A media cuadra del Palacio había una casa de huéspedes de la señora Fita Cuén donde se hospedaron por tres meses los diputados del Congreso para elaborar la Constitución local de 1917.
El clima de Magdalena en aquella época era benevolente y por esa razón trasladaron los poderes del Congreso a Magdalena. La sede fue el colegio Juan Fenocchio, en él se albergaron los trabajos del constituyente. La Constitución Política del Estado de Sonora se expidió el día 15 de septiembre de 1917.
En el libro “La revolución en Sonora”, don Antonio G. Rivera, constituyente de esta Legislatura narra en su libro “A las once de la mañana toda la población de Magdalena estaba congregada en la plaza y en las calles que a ella desembocaban, las tropas vestidas de gala formaban el marco brillante y marcial aquel gran día de Sonora, en la que quedaban plasmados todos sus anhelos y consagrados todos sus derechos. Los clarines tocaron alegres fanfarrias los cañones, que habían sembrado la destrucción para acabar con un pasado oprobioso, ahora tronaban en honor al nuevo código político”.
El colegio tuvo como alumnos al extinto candidato a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, Claudia Pavlovich Arellano, quien fue la primera gobernadora del estado de Sonora. También a Mons. Teodoro Enrique Pino Miranda, obispo de Huajuapan de León, Oaxaca.
Contra esquina del colegio se mantiene en pie un edifico antiguo y emblemático de Magdalena. Fue restaurado en gran medida para convertirlo en una cafetería y librería respetando los reglamentos que el comité de Pueblos Mágicos solicita para los edificios históricos.
Alrededor de él hay muchas leyendas y sobre todo muchos aseguran haber visto el fantasma del general Carlos Plank que residió y murió en el mismo recinto. La casa del general Plank o Café Sed como algunos le dicen fue Gendarmería Fiscal de Sonora.
Carlos Plank Arenas fue un militar y político mexicano que participó en la Revolución Mexicana. Desde 1910 se adhirió al partido Antireeleccionista. De 1911 a 1913 fue diputado local. En 1913 fue de los que sostuvieron el desconocimiento de Victoriano Huerta. Siguió a don Venustiano Carranza y se adhirió al Ejército Constitucionalista en el que obtuvo el grado de mayor. Permaneció al lado de Plutarco Elías Calles cuando éste se enfrentó a José María Maytorena. Posteriormente se integró a las fuerzas de Álvaro Obregón para combatir a Francisco Villa.
En Zacatecas fue gobernador provisional y comandante militar del estado. Ejecutó leyes laborales para el bien del pueblo. Su obra puso de manifiesto su ideología revolucionaria. En 1915 fue nombrado gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo. Alcanzó el grado de General. Dirigió la Penitenciaria del Distrito Federal. Fue Jefe de la Gendarmería Fiscal de Sonora.
En 1917 fue diputado federal en la XXVII Legislatura. Fue senador de 1919 a 1922. Fue uno de los firmantes en 1920 del Plan de Agua Prieta. Murió en 1927 víctima de apoplejía en Magdalena, Sonora, su tumba se encuentra en el panteón municipal.
En este punto giramos hacia al Sur por la calle 5 de Mayo. Justo por donde los peregrinos en octubre arriban a la plaza, algunos arrodillados y otros caminado con dificultad por la manda ofrecida a San Francisco Javier.
Cada casona en sus paredes o túneles guardan historias con recelo. Muchas fueron tragedias que se vivieron en la época del movimiento antichino que inició en el estado de Sonora. El comité estaba integrado por célebres personajes de Magdalena como José María Arana. En el decreto obligaban a desocupar edificios y a los terratenientes mexicanos se les advirtió que no rentaran propiedades a los chinos. En la oralidad el pueblo recuerda con tristeza los atropellos cometidos en esa época. El gran promotor fue José María Arana y en 1931 el movimiento triunfó logrando la expulsión de los chinos.
Magdalena es tranquilo y su gente es muy cálida y caminar de noche no es problema. Solo que al pasar por los callejones cercanos a la plaza monumental las leyendas y las apariciones de fantasmas es el tema a abordar, provocando apresurar el paso, por si acaso.
Un edificio de gran relevancia fue el de Correos Mexicanos, que en la actualidad es un mercado.
En esa casa construida en 1800 vivió don Jacinto Padilla quién era médico de profesión y fue presidente municipal, tiempo después fue el edificio de Correos Mexicanos por muchos años
A unos pasos, se encuentra el conocido negocio de los Fritos Azteca, que nos ha dado identidad y han colocado a Magdalena en el mapa por su peculiar sabor. Y es que con salsa de tomate, queso amarillo, preparados y una sodita se disfruta más la caminata por la plaza monumental.
De pensar que la plaza ha tenido muchos cambios. A diario su banqueta la recorren para ejercitarse y el fin de semana es ocupada por los turistas que llegan a conocer el pueblo mágico.
Kino es más que el apellido de aquel misionero y es más que el apellido adoptivo de Magdalena, de hecho, se puede decir que en este puedo todo gira en torno a la vida y obra del padre Kino.
Antes de que fuera la plaza monumental estaba el Palacio y había una pequeña plaza llamada Madero.
Existen fotografías que constatan la ubicación de las construcciones. Había un reloj de la marca “La Esmeralda” a un costado del Palacio Municipal que fue removido a la entrada de Magdalena. Sus campanadas se escuchan en todo el pueblo y si es de madrugada se escucha mejor.
Todo eso cambió ya que existía la inquietud de buscar los restos del padre Kino que según los escritos del padre Agustín Campos señalaba el lugar exacto donde fue sepultado, en la capilla que fue destruida por los apaches.
El 19 de mayo de 1966 fue el afortunado descubrimiento de los restos del padre Kino y sobre él construyen la actual cripta que lo resguarda de las inclemencias del clima. A diario es visitado y a partir de que fue declarado Venerable por la Santa Sede, se le hacen pedimentos en busca de algún milagro que sirva como evidencia para poder ser elevado a los altares.
En Magdalena no te enfadas, solo con caminar por los portales donde venden artesanías mexicanas y artículos religiosos se te pasa el tiempo volando.
No te puedes ir sin cruzar el puente de Magdalena al que le han adjudicado varios nombres, entre ellos, el más popular: el Golden Gate porque al cruzarlo te conduce a San Francisco.
Las familias pasean y curiosean en los puestos. Los raspados famosos de la Rode en ocasiones es el motivo de visita para quienes pasan por Magdalena y deciden descansar.
Durante 26 años la estatua de Luis Donaldo Colosio fue la parada obligada para una fotografía. Los visitantes con asombro observaban el monumento que parecía que te daba la bienvenida a la plaza monumental. En ese espacio se realizaban eventos y guardias en el aniversario luctuoso a quien en vida fuera el candidato a la Presidencia de México por el PRI en 1994.
En el año 2020 fue removido y colocado a una cuadra de la casa de la familia Colosio Murrieta, por la calle Kino, que se encuentra en la entrada Sur de Magdalena. Esa calle fue la que presenció la inocencia, los juegos y la formación de aquel niño que desde siempre destacó con sus dotes de orador.
Algunos han dicho que Magdalena de Kino no tiene nada que ofrecer. Porque no tiene las bugambilias que los pueblos mágicos del Sur del país tienen. Ni las tejas características. Tiene algo más, que hace vibrar al pueblo y a la región. Tiene a su gente que te estrecha la mano, ese es nuestro patrimonio intangible.
Un día no alcanza para conocer Magdalena y su basta historia, conocer sus los espacios que se pueden recorrer, como el panteón municipal cuya belleza radica en las tumbas con diseños caprichosos que marcan épocas y estatus social y del que necesitamos un espacio aparte y exclusivo para hablar de él. Dentro del mismo se encuentra el mausoleo a Luis Donaldo y Diana Laura, que a diario es muy visitado.
Por esa razón los que se van siempre buscan volver a donde fueron felices.