Carlos Sánchez
La Segunda Bienal Nacional del Paisaje que convoca el Instituto Sonorense de Cultura, reúne la diversidad de miradas: propuestas de artistas visuales que atisban a un análisis sobre el espacio y el concepto de paisaje.
En esta edición, que ya se exhibe en el Museo de Arte de Sonora (Musas), acervo de 43 obras de mil 146 recibidas, los jurados fueron Patricia Mendoza (Fotógrafa, Historiadora de arte), Federico Fernández Christlieb (Geógrafo e historiador) y Guillermo Santamarina (curador en jefe del Museo de Arte Carrillo Gil).
Patricia Mendoza y Federico Fernández Christlieb, exponen sus conceptos sobre la importancia de esta reunión de miradas a través del arte.
Importancia y trascendencia
Patricia Mendoza, fotógrafa, curadora, al inicio de la conversación, ante la pregunta sobre la importancia y trascendencia de una Bienal con este carácter, cede la palabra a Federico Fernández Christlieb. El conferenciante expone:
Cualquier evento de este tipo me parece sumamente importante, es la oportunidad de expresar sobre un tema acordado, una serie de ediciones del mundo, de alguna manera cada artista participante está expresando su propia visión sobre el tema, en este caso el paisaje. Abrir estas oportunidades en un momento en la historia de la humanidad y en la historia de nuestro país, en donde las oportunidades no están a la orden del día, pues es un privilegio. En ese sentido es un gran momento, celebro que sea en Sonora y que sea un impulso que está adquiriendo fuerza y además deseo que continúe por mucho tiempo.
Patricia Mendoza:
Cedí la palabra al geógrafo porque es muy interesante y creo que es parte fundamental de cómo han concebido la Bienal. Para mí las bienales son foros de discusión y de diálogo, en donde los espectadores podemos ver las inquietudes de los creadores y las formas en que se manifiestan. Y aquí, que el tema sea paisaje, o sea, una reflexión en el siglo XXI sobre espacio, me parece un tema fundamental.
Creo que el tema de nuestro tiempo es el espacio y nuestro vínculo con él. Se redimensiona el hombre mismo y esa expresión vía el arte, la fotografía, la instalación, la intervención, se manifiesta y se manifiestan una serie de problemáticas de cómo nos miramos con respecto a nuestro planeta y al espacio mismo. Que eso sea algo que se convoca desde Sonora, a nivel nacional, me parece trascendente.
Tuve el privilegio de estar aquí poco después de que se inauguró Musas y de hacer una lectura de portafolios, y salí impresionada de la obra, de la fotografía, de la pintura, del dibujo y les dije: son seres de mirada larga, porque ustedes no tienen un horizonte que los limite. Entonces la percepción del espacio de ustedes es otra percepción. Que desde este lugar, sin límites, se convoque a reflexionar sobre el espacio, me parece fundamental, y en esta Bienal podrán ver que no es una Bienal donde no hay un género que domine, sino hay una serie de aproximaciones al espacio, muy diversas: desde el video hasta el grabado, desde técnicas de siglos, hasta técnicas totalmente contemporáneas.
Esta Bienal creo, que el que tenga un carácter nacional, en el que en el jurado está alguien que no necesariamente está vinculado al mundo del arte, sino a la definición y a la objetividad desde la academia sobre lo que es el paisaje, eso enriquece y proyecta la bienal.
El paisaje desde otra óptica
–Patricia Mendoza: ¿qué es lo que te llevas del contenido de esta Bienal?, ¿qué es lo que te aporta?
–La diversidad. Aproximaciones de técnicas, de formas de tocar el problema desde ángulos mucho muy insólitos. Hay piezas, que como dije, están usando técnicas ancestrales, y otras que se están aproximando en donde la reflexión del paisaje incorpora sonido, incorpora imagen, incorpora el tiempo, incorpora la materia misma. Me llevo el haber tocado una tremenda frescura en la aproximación para redefinir nuestro lugar en el espacio.
–Federico Fernández Christlieb, partiendo de la conferencia que imparte en Hermosillo, sobre la transformación del paisaje, ¿de qué manera te toca el venir y encontrar estas propuestas de la Bienal?
–Para mí ha sido una gran sorpresa y una gran oportunidad de aproximarme a un objeto que he estado trabajando durante mucho tiempo, a un concepto, que es el concepto del paisaje, desde otra óptica, una óptica más artística y más basada en criterios estéticos, o con conceptos más asociados a la estética que a la ciencia y a la academia, desde el punto de vista donde yo lo he estado trabajando.
Para mí ha sido una oportunidad muy grande el poder ver a través de los ojos de los artistas. Nosotros (como jurados) hemos evaluado más de mil obras en los últimos meses, hasta llegar a la selección final que tenemos y hasta llegar a la elección final. Ver en los ojos de esos artistas, lo que ellos consideran su paisaje, normalmente el paisaje es una experiencia muy personal, una experiencia de observador, cada quien ve cosas diferentes, entonces ver a través de sus ojos, dónde están los acentos, dónde están las repeticiones a lo largo de ellos, en qué se fijan, qué es lo que ven ellos que yo no he visto, que es lo que yo veo que no aparece en ninguna de esas obras y complementar de esa manera, ha sido muy rico. Otra cosa que ha sido muy rica también es que cada una de estas obras se acompaña de un texto.
En esos textos a veces vienen ideas que yo nunca había pensado, y eso complementa desde otra óptica, es la oportunidad única de ponerse en los pies del otro, y de ver lo mismo que otro cuando no tiene esa misma base y esos mismos criterios académicos. Los académicos nos conocemos y sabemos cómo apuntalamos nuestras ideas, como las argumentamos, pero cuando uno se ve a través de los ojos de un artista que tiene la mitad de la edad de uno y tiene experiencias de vida muy distintas, con formaciones muy distintas, con existencias muy distintas, pues entonces uno enriquece su propia visión sobre el concepto que viene trabajando. Y esta Bienal para mí ha sido una experiencia única y lo que puedo decir es que se la voy a recomendar a mis colegas para que también se acerquen a otras disciplinas como el arte que tiene mucho de disciplina y a la vez mucho de creativo y a veces la ciencia necesita tener esa creatividad para poderse desarrollar.