Rodales

Reinaldo García Blanco

Son muchos los que saben que un sitio donde hay muchos robles se les llama rodales. Gabriel Cendoya y Celorrio tenía una querida en República Dominicana y de allí trajo los primeros robles de olor y un asomo de sífilis galopante que le dejó unos hoyitos pecosos en la cara y los desagradecidos le decían pan con bicho. Jaime Brow el único jamaicana que hemos tenido en La Casa de Cendoya que es como una casa de visita para venir ir a descansar y hacer crucigramas no se cansaba de repetir que en su país ese árbol se llamaba yokewood y a mí me gustaba mucho esa palabra para ponerla en un crucigrama al punto que en el desayuno yo pedía té negro con bergamota, jalea de guayaba y tostadas con yokewood. A la hora de la merienda un potecito de yogurt con una cucharilla de yokewood. A la hora del almuerzo huevos fritos a la yokewood con salsa verde. En la merienda de las tres junto a las píldoras del silencio agua carbonatada con una pizca de yokewood. En la comida no pues hace como veinte años que luego de las seis no como nada. Luego del gong para dormir yo mismo me cantaba una canción de cuna Duérmete mi niño duérmete mi yokewood. Duérmete mi niño duérmete mi yokewood y así por el espacio de media hora y cinco o seis minutos más y la dormidera llega muy deseosa a La Casa de Cendoya que es como una casa de visita para venir ir a descansar y hacer crucigramas

 

Reinaldo García Blanco (Sancti Spíritus. 1962). Poeta y escritor radial cubano. Ha publicado entre otros: Perros blancos de la aurora (Editorial Orientes, 1994); Adiós naves de Tarsis (Ediciones Vigía, 1995); Instrucciones para matar un colibrí (Ediciones Santiago, 2002 y España, Diputación de Córdoba-Ediciones Unión, 2004); Campos de belleza armada (Ediciones Unión, 2007), ganador del Premio Casa de las Américas 2017, en el género de Poesía, por su poemario “Esto es un disco de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa”.

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