Ninguna ballena es una isla

Fotografía: Angélica Escoto

Texto: Angélica Escoto

Fotografías: Angélica Escoto 

 “No hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos que cosas es el universo”.

Jorge Luis Borges.

“Ninguna ballena es una isla”, título del  bestiario que presento con las series autobiográficas que he construido durante los últimos quince años. Uso este género literario para agregar nuevas piezas visuales, y explicar los procesos que elijo para armar y editar las narrativas, que se caracterizan por su geografía majestuosa y que tienen un guiño con la astrobiología. Desarrollé los proyectos específicamente en la cintura de la península de Baja California, donde existe por el lado del Pacífico, una isla de arena que cambia de forma y de tamaño en sólo 24 horas, y por el Golfo de California, un impresionante archipiélago que tiene una isla que es un volcán extinto y que para escalarlo, tuve que atravesar en kayak y nadando un canal de ballenas.

El azar siempre está conmigo. Mi secreto es coleccionar pacientemente las imágenes que me encuentro en cada viaje, las imágenes que persigo al regresar, una y otra vez al mismo lugar, las imágenes que invento usando mi cuerpo  y apropiándome de él para hacer un compendio de criaturas en situaciones punzantes, absurdas, fantásticas y de humor. No hay más. El bestiario tiene una salvaje entropía, un ruido interior que repite conceptos, formas, deseos, y miedos que surgen de otras posibles realidades, aunque al final, como  toda clasificación, tal vez estaría marcada por el error, la ausencia y la otredad.

El acto de escribir es una forma de dibujar un mapa, y puede dibujar un mapa quien investiga, explora y camina el espacio. Yo empecé un croquis acompañada de un perro, mi tótem para ver, tocar y contar ballenas. A ellos, los perros, no tengo que buscarlos, pasan por mi casa y se aparecen en mis caminatas. Si hablamos de evolución, metafóricamente en la “línea del tiempo”, la sombra de la ballena fue un lobo, por eso utilizo al perro, como una voz en mis proyectos.

Cuando hice el texto para la serie Un desierto de medusas, durante la investigación, el azar me llevó a conocer la constelación del Can Mayor: la estrella “perro”, o llamada también Sirio, cuya masa es tres veces más grande que el Sol, y es el centro de un sistema solar de 52 planetas que giran alrededor de ella. Es la estrella más brillante vista desde la tierra. ¿No es maravilloso, descubrir al hacer el texto que un perro cósmico –no quiero parecer exótica, pero así me sucedió-, me llevó a una ballena cósmica? Cetus es una constelación, que se extiende desde el ecuador hacia el hemisferio austral y por debajo de las constelaciones de Aries y Piscis. En la mitología griega, Cetus, es el monstruo marino citado en la famosa historia de Andrómeda, la princesa que fue encadenada en las rocas para ser entregada a Poseidón. Fue descrita como un pez dragón o como una serpiente marina, aunque algunos autores afirman que esta criatura era una gran ballena, y en efecto, fue la sombra de una gran ballena la que vio Perseo en el mar y el semidiós acuchilló  al cetáceo sin piedad, con la misma oz que usó para matar a Medusa. ¿Luego entonces Perseo, fue el primer mata ballenas?

Es mentira lo que dice el Génesis 1:21, “ Y Dios hizo las ballenas”, más bien Dios creó a los cazadores de  ballenas; un oficio satanizado por la  misma sociedad que utilizó el aceite de ballena para iluminar toda  Europa en el siglo XIX. El esperma de ballena, la sustancia cerúlea de las cabezas de los cachalotes, produjo las velas más brillantes y de combustión más limpia que el mundo haya conocido. Fue utilizado en la producción de perfumes, jabones, textiles, cueros, pinturas, barnices, y en la lubricación de las herramientas y máquinas que impulsaron la Revolución Industrial. Las barbas de ballena marcaron el curso de la moda femenina, usándose en las faldas de miriñaque y para dar forma al opresivo cierre de los corsés. Si no hubieran descubierto el petróleo, la ballenas habrían desaparecido del planeta.

¿De qué está hecho aquello que no podemos clasificar, aquello a lo cual nuestra precaria taxonomía del universo no consigue llegar? Ballena beluga, ballena yubarta, ballena azul, ballena austral, ballena cachalote, ballena gris, ballena gris, ballena gris, gris, gris, gris. Debí haber iniciado el bestiario con la palabra arpón, o con el canto de la ballena, o con la ballena y el viaje, o la ballena y el llanto que no es canto sino llanto, eso creo y es más lo sé, por que fui hija de una horca. No es fácil vivir con una orca.

Las ballenas son los animales más grandes del planeta, lo que significa que matarlas no es una tarea fácil. Las ballenas son perseguidas hasta agotarlas antes de ser arponeadas. Son heridas y arrastradas a los buques balleneros, donde se les puede clavar más arpones, dispararles con rifles de alto poder y electrocutarlas con lanzas diseñadas para ese fin. Sin embargo algunos arpones explosivos a menudo no son fatales, y por eso , las ballenas, son atadas con sus orificios nasales cubiertos hasta que se ahogan. Debido a que ellas son capaces de disminuir su frecuencia respiratoria y cardíaca, cuando quedan inconscientes probablemente aún sienten un dolor extremo. El Dr. Little, médico de un barco en una expedición ballenera en la Antártica en 1946 describió lo que vio: “Si somos capaces de imaginar a un caballo que tenga dos o tres lanzas explosivas clavadas en su estómago y esté tratando de tirar de un carruaje de carnicero por las calles de Londres, mientras se le derrama la sangre en la cuneta, tendremos una idea del actual método de matanza que se usa contra las ballenas. Los mismos artilleros admiten que si las ballenas pudieran gritar, la industria dejaría de hacerlo, porque nadie sería capaz de soportarlo.”

Tenia razón Borges al señalar que «El símbolo de la ballena es menos apto para sugerir que el cosmos es malvado que para sugerir su vastedad, su inhumanidad, su bestial y enigmática estupidez (…) el universo de Moby Dick es un cosmos (un caos) no sólo perceptiblemente maligno, como el que intuyeron los gnósticos, sino también irracional».

¿El capitán Charles Melville Scammon, naturalista y consumado cazador de ballenas, sabría de la existencia de Herman Melville? ¿Conocería la novela de Moby Dick , cuando desembarcó en 1857, por primea vez, en la península de Baja California? ¿El también tendría ese odio atroz contra la ballenas como el capitán Anah? Los  dos eran contemporáneos, los dos fueron “mata ballenas”, los dos fueron escritores, y para los dos, sus publicaciones fueron un fracaso.  Melville, hizo un libro para clasificar a los mamíferos marinos, dibujó ojos de ballenas, fetos de ballenas, y le faltó una placenta de ballena, aunque estoy segura que le tocó ver muchas, durante los quince años que visitó la laguna Scammon, llamada como él. Vendió cientos barriles de aceite de ballena hasta casi, casi agotar la  especie. Fue él quien también se encargó de anunciar al mundo  que en 1858 , que el barco ballenero estadounidense “Black Warrior”, comandado por el capitán Robert Brown, entró a una de las lagunas septentrionales del Pacífico sudcaliforniano a cazar ballenas y un fuerte oleaje lo batió, abriéndole la quilla. Por eso la población  salinera de Guerrero Negro, ubicada en las lagunas Manuela y Ojo de Liebre, tomó de aquella nave su nombre, dicen que ahí siguen los vestigios en el fondo de la laguna.

Según  datos oficiales de la Reserva de la Biósfera de El Vizcaíno, las ballenas, llegan a morirse cada año a la Isla  de Arena. En la memoria para el imaginario colectivo, la ballena gris viaja miles de kilómetros buscando la salinidad y temperatura para nacer y reproducirse, pero jamás se menciona nada sobre su muerte; durante esa larga travesía, el  territorio para morir, es también una elección de ellas.

El paisaje en  Ninguna ballena es una isla, revela simultáneamente un espacio desconocido y  un tiempo real. Las imágenes son abstracciones que  desafían nuestras percepciones y conocimientos sobre la macro evolución en los cetáceos;  no hay más, del mar regresan a morir a la tierra.

La isla  de Arenas, localizada en Guerrero Negro BCS, es una barrera natural  que protege contra huracanes  a las tres lagunas que conforman el santuario de la ballena Gris. Se localiza en el Trópico de Cáncer y la parte en dos el paralelo 28°. Por sus dunas asimétricas, ella cambia de tamaño y forma constantemente, durante el oleaje del día y la noche.

Precisamente anoche encontré que en la ballena austral, los machos poseen los órganos sexuales de mayor tamaño de todo el reino animal. Sus testículos pueden llegar a pesar hasta 525 kg cada uno, con unas dimensiones de 2 m x 78 cm (casi un 1 % de su peso corporal, 10 veces más grandes que los de la ballena azul), y su pene alcanzar una longitud de 2.7 m. Los científicos han relacionado estas proporciones con la denominada competición espermática, presente en esta y otras especies.  Hace unos meses que visité la isla de Arenas, donde llegan a morir las ballenas, el biólogo que me acompañó me hizo la observación de esta que ven en dos cuadros. Mi cámara de formato cuadrado de “6por6″ me impidió hacer una toma completa, o acepto que la sorpresa me ganó. Aquí un pene y cola de ballena, enterrados en las dunas.

He leído todo lo que encuentro sobre ballenas: Que en su fémur está la prueba que primero vivió en la tierra y luego regresó al mar, que su lengua pesa más de 500 toneladas, que el oído es su órgano sensorial más desarrollado, que sus ojos no le sirven de mucho, que más de 1, 500 litros de semen eyaculan al procrear, que la sal las hace más ágiles, por eso emigran a la península de Baja California, que las madres defienden a sus crías con tal agresividad que pueden voltear una embarcación. Que lloran y abrazan a sus muertos, que las ballenas yubartas son bien conocidas por su canto. Que filtran el agua por sus riñones adaptados para eso. Que ayunan mientras emigran, porque el krill es más abundante en el Polo Norte. Que es el animal más grande que ha existido en la tierra, incluso más que los dinosaurios. Que son el ejemplo de la evolución determinista y que para aparearse ocupan de otro macho joven para realizar el acto. Que sus barbas son de queratina, el material del que están conformado el pelo, las uñas, y que las usan para hacer corsés. Que el tótem ballena, es símbolo de fuerza, creatividad y constancia. Que llegan a vivir 70 años, que tienen crías cada tres años, que su embarazo es el más largo que tenga cualquier animal. Que el sentido del tacto, olfato y gusto no han sido estudiados, que los ojos de una ballena están constantemente bañados en agua, por que no tienen conductos lagrimales, pero sí glándulas en la córnea exterior y párpados que secretan una sustancia aceitosa, que lubrica y limpia los ojos. Que no pueden dormir por mucho tiempo, debido a que tiene que recordar regresar a la superficie para tomar aire, cada 15 minutos. Que sus gases las pueden hacer explotar y sus restos alcanzan una altura de 16 metros. Que nacen con la aleta por delante. Que han estado a punto de ser exterminadas. Que en el siglo XX, el hombre dio caza a casi 2 millones de ballenas . Que ahora mismo Kristjan Loftsson, multimillonario y presidente ejecutivo de Hvalur, tiene dos barcos balleneros que datan de 1950, y obtuvo un permiso de las autoridades Islandesas para cazar 184 ballenas de aleta, que se encuentran en peligro de extinción y que esa carne se exportará a Japón  para consumo humano,  y la otra mitad para comida de perros.

*Angélica Escoto

Angélica Escoto utiliza performance, fotografía y texto para explorar, pensar y representar el paisaje. Usa como soporte la fotografía análoga y los personajes son sus hijas y autorretrato. Sus intervenciones en la ciudad y el desierto logran magnificar una narrativa visual que habla sobre deslumbrantes vacíos y ausencias, sus piezas señalan un realismo poético.

Estudió periodismo en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) en la “Carlos Septién García. Trabajó como editora en varios diarios regionales en la República Mexicana. Su trabajo fotográfico ha sido publicado  en España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Venezuela y México. Ha exhibido sus piezas en Chile, España,Italia,  Colombia, Brasil, Colombia, Argentina, Costa Rica, Guatemala, Cuba, El Salvador,  EU y México.

OBRA PREMIADA

Mención honorifica en España, Nexofoto 2016 concurso Iberoamericano de fotografía contemporánea. Mención Honorífica en la XV Bienal de artes visuales del Noroeste, Mexico. Mención honorífica en la 5ta. Muestra del paisaje natural en BC, México. Mención honorífica en la 9na. Bienal fotográfica de Baja California, México. Su obra se encuentra en el acervo del Centro Cultural Tijuana Cecut, México.

 

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