Bruno Herley
La lluvia cayó de sopetón,
no dio chanza de disfrutar su sonido cadencioso,
esos golpecitos sobre las hojas. La nube pasó,
miró y se fue.
Escucho el chirrido
de los insectos
sobre un puño de hierba
en el pavimento.
En el follaje del árbol
las gotas brillan,
el olor a tierra mojada
sale de sus raíces,
al lado
un perro sestea,
respira
al ritmo de su lengua.
En las aceras,
con charcos aquí
y allá,
hay reflejos distorsionados,
colores fugaces
de la hora pico.
Los autos pasan
con un largo monosílabo
sobre una petición de silencio
que parece agotarse
a lo lejos;
en el parabrisas trasero
la silueta de las personas
tiemblan
a punto de caer.
En mi mano
el candor del vaso
es apenas perceptible,
el olor a café
es intenso,
trato de recordar algo
que cierre el círculo:
una risa,
una dolencia,
un vacío.
Bruno Herley. Ha publicado en antologías de poesía y cuento, tiene una novela corta de nombre Dios es solo un nombre (cómo matar un pájaro con marketing), disponible en Amazon.