Lados B 2016. Narrativa de Alto Riesgo: Una Oportunidad para el Asombro desde la Trinchera Independiente

Luis Álvarez Beltrán

A lo largo de sus seis años, la Colección Lados B: Narrativa de Alto Riesgo de la editorial independiente NITRO/PRESS, se ha convertido en un referente importante de la literatura mexicana actual. También se ha constituido como un puente comunicativo virtuoso (no todos los puentes lo son, piense en ese carácter nocivo y desinformativo que a veces padecen las redes sociales) entre los lectores que buscan algo más que libros y autores mediáticos, de firma (sus repetidas o académicas fórmulas), con las propuestas nuevas, de probado talento, que se abren paso y otorgan una grata sorpresa por medio de esta oferta que afortunadamente tiene un alcance nacional.

Esta sexta edición de Lados B incluye a diez narradores originarios de algunos de los muchos, distintos e increíbles Méxicos, tan puntuales como inabarcables, de los que surgen las inverosímiles pero formidables historias que, año con año como caja de sorpresas, nos hemos de encontrar en este ya reconocible título.

Muchos de los autores que han participado en esta colección de NITRO/PRESS son ahora exponentes cuya calidad los ha colocado en el gusto de los lectores a lo largo y ancho de México. Mucho de ello se debe a la proyección que han logrado gracias a su participación en esta antología. Eso habla muy a favor del trabajo de reclutamiento de plumas por parte de Mauricio Bares, editor y líder de este proyecto literario.

Gabriel Ledón, tijuanense, cuya meteórica carrera incluye el Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras 2013, el Premio Nacional de Novela “Manuel Ignacio Altamirano” 2015, y el Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2015, nos cuenta en su relato “El bachecito de Oppenheimer”, la versión literaria del bache que todos tenemos en una de las calles que cada día cruzamos. La serie de acontecimientos y de personajes alrededor de ese accidente urbano que tanto habla de nuestra cultura, de cómo somos, desata un fenómeno con visos de trascendencia mediática y social totalmente inesperados y que incluso rayan en consideraciones religiosas, científicas y metafísicas… con un final poético. Gabriel Ledón sabe adónde quiere ir y allá nos lleva.

El regiomontano Efrén Ordóñez colabora con un relato de manufactura magistral, mezcla de realismo y fantasía, en que La Desaparición de la Familia Contreras es una perfecta metáfora de lo que le puede ocurrir a cualquier familia mexicana que, detrás de problemas comunes y corrientes, se desconecta de la realidad e imposibilita la salida de sus propias trampas a causa de secretos, complejos, silencios y misterios que deja a los inocentes con una serie de preguntas que nunca se contestarán y que tampoco remediarán la ignominia de su destino atroz. Efrén Ordóñez demuestra que desde una prosa simple, directa, casi parca, dedicada tan sólo a decir lo que pasa, se teje con tino y exaltación una historia que, igual, nos puede dejar desolados o con una gran reflexión. Un excelente aporte de un autor vigente y en ascenso.

El joven Carlos Bortoni, capitalino, con una trama dinámica y entretenida, llena de diálogos agudos y exasperantes, nos lleva al insondable y complicado universo de la tercera edad, verdades que se obvian, historias y antecedentes cargados de electricidad familiar entre un trío de hijos y su anciano padre, interno de un asilo, que conviven un fin de semana en Acapulco, con un telón de fondo que habla de los principios morales a que nos conduce ese mandamiento que habla sobre honrar a nuestros padres, y de las complejidades ineludibles que llegan a desarrollarse cuando la vida y el destino de los hijos toma un cierto curso, cualquiera que sea éste. Los males crónicos del padre lo llevan no sólo a la farmacodependencia  sino a una paranoia que salpica de animadversión todo el relato. Los personajes, cada uno definido y desarrollado con soltura y con notable dominio de la historia, llegan a calar en el lector que, no bien transcurridas las primera páginas, sabe que se encuentra ante un relato imperdible y empieza a tomar partido dentro de la historia, y emocionadamente teniendo que aceptar que el autor le ha provocado, en más de una ocasión, una idea que lo hace cambiar de parecer. ¿Quién dijo que los finales anticlimáticos o los  finales en clave no son buenos finales? El cuento se llama No hace falta una razón. Efectivamente, No hace falta una razón para leer esta historia, salvo que es un regocijo para los amantes de las buenas letras.

Si Camilo José Cela inauguró una época en 1942 con la publicación de La Familia de Pascual Duarte y esa tradición ha sido seguida hasta nuestros días con gente como Miguel Ángel Asturias en su inmortal novela El Señor Presidente, Fernando Vallejo en La Virgen de los Sicarios y toda una constelación de obras de literatura descarnada, que retratan la más baja condición humana, la más profunda no sólo desde la pobreza y su marginación sino desde sus detalles gráficos y su vocabulario, entonces hay que leer a Gabriel Rodríguez Liceaga en estos Lados B, con su Narrativa de Alto Riesgo. Su relato se llama “El arte de la amistad”, una mirada a los días de Ignacio, un habitante de los basureros de la Ciudad de México, que de la noche a la mañana se ha ganado la fama de poeta. El vértigo del recorrido por los paisajes de esos lugares que sabemos que existen pero que nunca hemos de conocer, obliga a un enternecimiento sobre el personaje y sobre los seres que ahí se describen. No es que el autor propicie eso intencionadamente, pues lo suyo es un desapego propio de narrador solamente ceñido a su relato. La enajenación es algo que surge solo en la mente del lector. Es la lectura, el viaje, la transportación. Ignacio de repente se encuentra siendo quien no es. Haciendo lo que no sabe hacer. Pensando lo que es incapaz de pensar. Pero, curiosamente, eso lo hace sentir distinto. Le otorga otro carácter a su vida. El lector no hace sino acompañar con asombro los momentos que se suceden en un alma que no tiene más horizontes ni más alternativas. Un relato entrañable desde su implacable realismo.

El segundo relato Gabriel Rodríguez Liceaga, Cielo, no lluevas, es ese tipo de relatos donde un escritor escribe acerca de escritores, de libros, de literatura, de poesía y de las grandes preguntas que se plantea la poesía y que nos hacen pensar en otro plano, especialmente las grandes preguntas que se realiza el alma y que no somos capaces de poder elucidar. Una misteriosa mujer busca a alguien que sepa sobre literatura, de preferencia que se experto. Alguien que conoce a Gabriel lo recomienda para el “puesto”. Se propicia el encuentro entre la mujer y Gabriel escritor. La encomienda resulta singular, desconcertante. El escritor, por necesidad, accede. La mujer odia a la literatura y a los escritores. Nada más qué decir. El escritor acude a aquel trabajo bajo su propio riesgo. Para quienes hemos transcurrido una y otra vez el obligado jardín nacional que es la Alameda Central, este cuento nos lleva a volver a estar ahí. Viajar lo ya vivido, significativamente.

El escritor sonorense Alfonso López Corral, cuyo trabajo constante lo va llevando año con año por el camino cierto de la buena literatura, participa en este Lados B con un “Díptico” que incluye uno de sus cuentos de cabecera: Primer Acto. La estimulante historietilla es un fino erotismo en que la mujer regresa de un viaje de trabajo mientras el consecuente y trivial esposo combate la rutina buscando un compact disc de Edith Piaf para musicalizar la obra de teatro que prepara para taclear el desempleo amenazante. El relato, breve pero sustancioso, contiene en la agradable construcción de su trama dialéctica, esos sentimientos y sensaciones que atraviesan las relaciones de pareja: El piso firme de la comunicación y el abismo cruel y oscuro de la infidelidad. Un relato que lo mismo hace temblar que disfrutar de una escena de amor antojadiza con una mujer tan fascinante como maquiavélica.

La segunda parte de “Diptico” se llama Solo y en Casa y puede relacionarse, o no, con el primero. La común encrucijada del desempleo, muy aparejada a la crisis de la mediana edad, se coloca en el centro de la vida de un hombre que, enredado en sus pensamientos dubitativos, en un impasse enfermizo, espera por su mujer, prototipo de la profesionista independiente. ¿Es el mismo cónyuge del Primer Acto varios meses o años después? El lector decide. Las claves del relato hacen pensar en cierta reiteración de situaciones muy de acuerdo a la realidad de hoy. A las deconstrucciones que a las sociedades forman o deforman y en cuyas tragedias cotidianas se cifran vidas y destinos. Como la descripción o la crónica de una vida en declive.

Keith Ross, desde Cabo San Lucas, este bajacaliforniano de nombre anglosajón nos lleva a ese ecosistema costeño donde los carnaderos y los pescadores se toman por igual pero él se encarga de establecer la diferencia. El México provinciano de los pueblos pequeños, de la infancia inocente, de los veranos de calor indecible y de las edades de calenturas casi impostergables, nos trae esta historia del chico enamorado de su vecina que de los once a los catorce años pegó el gran salto de la niña de las piernas flacas a la mujer con el lunar al borde del escote… Con todo el sabor de los relatos de los pescadores, con el olor a sal, con el calor chucatoso de esas interminables playas, con los humores y las sensaciones al punto de la ebullición, el personaje y su mujer, Martina, son presas de la simpleza de los instintos básicos que llevan, de un momento a otro, del deseo natural por la victoria en el triángulo amoroso, al rapto de violencia con las consecuencias más inesperadas. Cuando todo transcurre en una normal y hasta romántica y lenta parsimonia, un acto inesperado cambia el rostro del día… y de la vida.

Historia Policiaca III se llama el segundo relato de Keith Ross. Un agudo drama personal cuyos recovecos no son visibles desde lo exterior. Una hábil fábula que narra en un microrrelato toda una vida cuyas explicaciones, grises o borrosas, nos advierten, nos aclaran, nos confirman, cuan caleidoscópica, compleja, es la condición humana. Ese dolor secreto, solitario, insondable, que se agolpa en los pechos, a veces sin saber un porqué.

El sonorense Carlos Sánchez, principal exponente de la literatura purobarrio, humaniza lo a veces inhumano, al internarnos en el camerino de las bailarinas de un table dance. Las cotidianidades de las trabajadoras del tubo las proyectan, por medio de una entrevista de un reportero inesperado, como seres de carne y hueso, como chicas normales, de corazón latente, mujeres con capacidad de decisión, con proyectos de vida, con la justificación de sus destinos o de sus derroteros a veces malogrados, a veces encarecidamente redimidos. De noche: El oficio es bailar es este relato, parte del universo que Carlos Sánchez nos tiene acostumbrados a transcurrir. Los no representados, los no escritos y los marginales.

La Musa y Derriba ya la puerta, maricón, son los cuentos, en clave de humor y de erotismo homosexual, bisexual, que Israel Pintor aporta a esta colección de relatos. En el caso del primero, la historieta fluye ágil y divertida entre el enamoramiento obsesivo del adolescente que sueña con dedicarse a la literatura, por una chica encantadora sexy, con las probabilidades casi nulas de pegar el chicle. La improbable musa del escritor soñador ha de aparecerse de sorpresa, tal y como sucede cuando uno se enamora por la primera vez. Los resultados nunca están garantizados. El segundo relato es el extremo acto al mismo tiempo de venganza, de traición, de deseo e ignominia. Imbricado, arriesgado, cruel, increíble, certero, letal y finalmente encantador, amoroso como lo definiría Abigael Bohórquez: El Otro amor. Celebrar el amor en el sexo cualquiera. Israel Pintor asesta este relato con la originalidad de la inusual situación, con el valor violento de la pasión que más que ciega resulta irrefrenable. Narrativa de Alto Riesgo, definitivamente.

Israel Pintor (Ciudad de México, 1985) agrega además, las peripecias y vicisitudes, sobre todo interiores, de un escritor que viaja a España a realizar estudios donde la narrativa es el platillo principal. El cuento se llama “… en plan grupo de optimistas…” Hemos leído esta temática en Javier Marías (Todas las almas, Negra Espalda del Tiempo), Álvaro Enrigue (Hipotermia) y Alejandro Ramírez Arvayo (Como si fuera verdad). Especies de biografías ficticias, con resultados mixtos.

Uno de los pasajes más emblemáticos de Lados B 2016 corre a cargo de Sergio Téllez-Pon (Ciudad de México, 1981). Su par de relatos de personajes transexuales (travestidas, vestidas), en lo hondo de esa Neza, de ese Tepito, que dan para tesis y tesis de la sociología esperpéntica del Valle de México, son trepidantes, espeluznantes, extremos. Los personajes, las situaciones, el lenguaje, las imágenes de vida que refleja, la condición casi nauseabunda del ambiente en que se devuelven los hechos, el grado de degradación humana que se respira en las historias. Y la humanidad, honda y diversa, al mismo tiempo, nos internan en una verdad que se lee en los periódicos en forma de números y cifras, en forma de términos criminalísticos. Las explicaciones sobran. La literatura es la vida. Lo que no conozcas, léelo. Lo que no puedes o no quieres ver cuenta propia, ábrelo en este libro.

Por último, el talentoso y prolífico Jonathan Minila nos ofrece el alucinado y extraordinario relato “Corte de Garganta En Una Vieja Peluquería”. Un extraño sujeto acude a una peluquería a la hora que el dependiente y oficial del negocio está a punto de cerrar. El individuo solicita por servicio un corte especial: Un corte de garganta. El peluquero no podrá rehusarse. Después, el desquiciante relato altera los sentidos.

Escritores que mueven, que conmueven, que arriesgan, que narran hasta el desasosiego… Un libro irresistible. Otro.

Tip: Si usted planea acudir este año a la Feria del Libro de Hermosillo, Carlos Bortoni, Alfonso López Corral, Carlos Sánchez y probablemente el editor de Lados B, Mauricio Bares, andarán por ahí. Podrían firmarle un ejemplar, si usted atesora los libros firmados por autores.

https://www.youtube.com/watch?v=LOxckiTN3r4

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