Nayeli Irazoky Castro
Era mi amigo, vivía cerca de mi casa, le decían el Güero Pecas: era el terror del barrio.
Le gustaba inyectarse heroína, pero si le preguntaban qué se metía, él volteaba con una sonrisa y decía: Todo lo que apendeje.
Cuando le llegaban las famosas malillas iba a mi casa y me decía una y mil mentiras para terminar pidiéndome dinero, a veces le funcionaba. Un día se sinceró conmigo, me dijo que estaba tan enganchado con las drogas que ya se sentía cansado. Yo le decía que lo podía apoyar llevándolo a un centro de rehabilitación, pero él decía que no, que cuando se hartaba de drogarse se braveaba con alguien (lo que significaba que le daba por robar a alguien descaradamente) y así le hablaban a la policía y se lo llevaban a la pinta a engordar la vena, esas eran sus palabras.
Cierto día llegó a mi casa, y el Güero me dijo: Nayeli, vengo a enseñarte mi nuevo tatuaje. Se quitó la camisa mostrándome así su pecho en el cual decía: Madre perdón por tus lágrimas, con letras grandes. Me conmovió ver su tatuaje tan significativo, pero más lo que me dijo, que ya no lo iba a ver en un buen tiempo porque se iba a ir a la pinta de vacaciones. Yo le dije: pórtate bien, no hagas cosas malas, hay otras maneras de vivir, recuerda que la vida es corta. Ni siquiera me escuchó.
A los pocos días me enteré que el Güero Pecas ya estaba torcido en la pinta. Dicen que se metió a una casa a robar, los dueños estaban dentro y cínicamente les robó una televisión amenazándolos con una pistola de juguete, que al salir del lugar se acordó del control y que todavía se dio el tiempo de regresar por él.
Los dueños de la casa dieron aviso a la policía y no pasó una hora cuando lo encontraron en su cuartito con un foco y un encendedor en la mano, fumando cristal. Se lo llevaron preso. Yo pensé: va a estar bien, ya que él decía que en la cárcel se rehabilitaba. Al pasar los meses, me encontré a un tío del Güero. Él me dio la noticia que el Güero ya había salido de la cárcel, pero en el cajón.
Dicen que se pasó con una sobredosis de heroína, otros dicen que se peleó con alguien por la noche, que lo picaron y amaneció muerto en su celda.
La ciudad, los amigos, el mar, (Cuadernos Mamborock 2018).